10 dic 2012

El estanque

Hace año y 3 meses que di el paso más grande de mi vida. Venir aquí, a la capital de España a estudiar y a disfrutar de ella. De momento lo estoy consiguiendo. A veces me arrepiento de no hacer lo que verdaderamente quería hacer. Pero me despierto todos los días pensando en ese objetivo, en acabar cuanto antes mi ingeniería informática para poder hacer lo que de verdad siempre he querido hacer. Subirme a un escenario, ser parte de un personaje y estar en conexión con el público. Sentir lo que ellos me dan, sentir que si a mí se me va la vida, a ellos también, que si lloro, ellos también y que si me río, ellos también.

Sentir el calor entre aplausos, notar cómo quiero matar a la señora que está en primera fila dándole vueltas y retorciendo el envoltorio del caramelo que se acaba de comer, notar mis nervios pre función en mi barriguilla y notar los nervios pre función del resto de la compañía. Abrazarnos, gritar, reír nerviosamente y disfrutar del momento. Desearnos mucha mierda entre todos, saltar al escenario, mirar al público sin realmente verlo y ver como sus miradas se clavan en la mía.

Parecen muchas cosas para una simple acción como es actuar, pero es que hay mucho más que eso y es indescriptible.

Pero volvemos a la realidad, a mi ingeniería informática, a mi grupo de teatro los viernes (y próximamente sábado) y a las funciones esporádicas. A la fiesta con quien mejor me pille, al concierto que más me guste una semana cualquiera, a disfrutar con mis compañeros de clase, aprendiendo, riendo e intentando hacer migas. A todo eso, que ahora mismo me encanta, me sobra y me basta.

Volvemos a la realidad, a ese estanque que se va llenando de monedas buenas y de monedas malas, de aprendizajes o como dije el otro día: de caídas, de levantadas y de vueltas a caer. Voy lanzando monedas a mi precioso estanque y cada vez luce más y más. Espero que nunca deje de llenarse, porque es lo que me sostiene en pie.

Volvemos a la realidad... sin olvidar la meta, sin olvidar el sueño por cumplir, sin olvidar el objetivo que me realizará como persona. Sé que algún día llegará, mientras tanto disfrutaré del camino.



Las leyes salvajes
empañan mi huida.

El estanque no para de crecer...

2 comentarios:

  1. Eres magia escribiendo,nos haces pensar, y verle a la vida la cara opuesta. Y los que sentimos como tú, te entendemos perfectamente.M.

    ResponderEliminar
  2. ¡Ereh más apañá que las pesetas!

    ResponderEliminar